lunes, 21 de septiembre de 2015

Un aljibe dibujado en la mente y nuestras iniciales hechas con palitos de fósforos quebrados sobre jabón a punto de solidificarse de glicerina y coco


A ver si te acuerdas de la vez que compre la base de glicerina y coco, para hacer jabones artesanales, esos que tanto te gustaban, pensábamos que era re romántico como la película de Won Kar Wai, la flasheabamos cuando iba de Buenos Aires a Cataratas, y hacia escala en Paraná, nosotros íbamos en el 4 Cartel Aeropuerto y lo esperábamos con marcadores para que nos firmara el fanzine que habíamos hecho de Chungking Express y el nos aconsejaba sobre la vida y la muerte y sobre como uno puede vivir una vida dos veces.
Te acuerdas de los primeros jabones que hice para regalarte? Que al final lo hice, tenía miedo y vergüenza al rechazo pero lo hice,  puse nuestras iniciales en bajorelieve para que de a poquito con el uso se fueran gastando. El diseño era super sencillo, tenía la forma de un aljibe, como los que tenemos en la mente, y en el borde del aljibe la * y la * en letra de palo simple hecha con quebrando fosforitos.
Y si no te acuerdas no hay problema porque recordar está sobrevalorado, y flashearla está sobrevalorado, y Won Kar Wai tal vez, está sobrevalorado.
Porque todavía guardo esos jabones, que fueron como en los grabados las “copia de autor” las que van quedando, y porque cuando nos separamos y no nos sacamos ni siquiera una foto, y esos jabones son lo único que tengo y que de a poco lo voy usando y con el cabo del cepillo de dientes remarco tu nombre y el mío.



miércoles, 16 de septiembre de 2015

Devaneo


Hay una anécdota que vi en un documental sobre los Abuelos de la nada en la que Miguel habla de los tiempos en los que Pappo formaba parte del grupo, en el mismo dice que Pappo todo el tiempo le insistía en hacer Blues, y Miguel en el audio dice “Blues, Blues, ahí tenes Blues, hacelo” como diciendo todo bien man quedate con el nombre yo soy libre y me voy, un nombre no me define, y Miguel se aleja de, o disuelve temporalmente, los Abuelos de la Nada. Y aquí todo se vuelve confuso, porque no estoy seguro de que haya sido así, porque no lo he vuelto a escuchar, ni sé si finalmente Miguel se llevo el nombre o lo hechó a Pappo. Lo que si pienso es que si bien el nombre es el dato autobiográfico ineludible o más certero que podemos tener, no necesariamente estamos atados al mismo, y mucho más cuando el nombre representa a un grupo de personas y no a una sola. Porque Parientes, representa, de alguna manera, a todo aquel que haya pasado, o haya sido tocado tangencialmente, por el grupo. Pienso que Parientes se manejo siempre en un terreno donde el estado critico fue constante, siempre fandangeando, lo que le dio libertad en un montón de cosas, pero, como todo, vivió en un mundo de privaciones, de flojeras y abandono, porque ¿Cómo se entiende, un grupo sin trayecto ni currículo, sin statement?. En un mundo ávido de precocidos, todo levemente digerido, de ideas claras, de fechas de cierres, de inscripciones online, de wetranfers, de 140 caracteres, no hay lugar para el devaneo. Ese devaneo, tal vez sea el fuerte en definitiva del grupo, lo no apresable, la posibilidad de entrar y salir cuando uno quiera, y apropiárselo a gusto.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

Como sabía que vendrías, te preparé un pastel

Paraná es amor del posta, como me perdí una foto (y una porción, claro) con esa tortaza! me encantó. Una vez para el bicentenario de la ciudad me invitaron del diario para escribir una palabras, que debajo la comparto, soy super feliz de vivir aquí, y eso que es un miércoles a las 7,30am y aunque a veces me ponga rezongón pero esa etapa medio que ya pasó, hace unos días me dijeron que uno debe construir su propia escena todo el tiempo porque si no se angustia y se deprime, o se pone locomalo, y esta torta me puso nostalgioso.




Santa María de la Villa Almendral

Cuando tengo que pensar en Paraná no puedo hacerlo desde otro lugar que no sea desde el ser paranaense, no puedo tomar distancia, es como hablar de uno mismo, es el lugar que atraviesa mi producción como artista y desde el cual construyo mi obra. Me gusta mucho andar en bicicleta, me gusta recorrer la ciudad, trabajé con mi viejo en una distribuidora, ahí me aprendí las calles, ando en colectivo, me gusta subirme a algunos y conocer sus recorridos, ver la gente que sube y que baja, compré una moto pero nunca la usé, debe ser porque prefiero otro tiempo para contemplar la ciudad. No tengo lugares preferidos, pero me gusta mucho la calle Alejandro Carbó, que está mas alejadita, la del hermano de Enrique, porque a veces hay caballitos y perros guías en esa calle y es arbolada, una vez le escribí un poema a la calle Alejandro, para un fanzine.
A la ciudad no le cambiaría nada, bah no puedo ponerme a pensar en que le cambiaría, estoy en una etapa muy Leonardo Fabio = yo y Carola = Paraná jajaj todo junto, puro amor!. Ah, si soy de los que crecieron sin mirar mucho el río, íbamos si de niños a la playa y a pedalear al Thompson, pero nunca me enganché, como que siempre lo miré de lejos y eso que vivo a pocas cuadras. Con unos amigos rebautizamos el barrio como Santa María de la Villa Almendral, tierra fecunda de músicos y dibujantes. Me acuerdo de la vez que vino Juan Pablo II que hicieron una calle o algo así, en esa calle un amigo me enseño a manejar un auto, el tenia un fiat 600 destarta

lado, y fue un fiat 600 el único auto que manejé, el auto de mi abuelo. También reniego mucho de la ciudad, como reniego de mi mismo, pero después se me pasa, estoy medio grandulón… ¡Parece que estoy hablando de un diario intimo!

(escrito para el suplemento Bicentenario de El Diario, 25 de junio de 2013)


Por último entonces podemos ver como un grupo de colosos trasladan la Acrópolis, y cual dioses del olimpo pastelero, dos deidades con cofia hacen de la ciudad repostera pequeñas porciones para repartir al público presente.


Quién da título a esta entrada: