miércoles, 12 de agosto de 2015

Mi Breakfast Club


Cuando tenía teléfono (de paso aviso que estoy sin teléfono) siempre que me aparecía llamada desconocida o de un numero medio loco no atendía. Era porque seguro me estaban llamando de la tarjeta o para apurarme con algún trámite o para ofrecerme algo, o de la empresa de cobranza tercerizada por la empresa que me prestaba el servicio de telefonía. Hoy en día nadie llama solo para hablar, todo eso se resuelve por wasap o por acá o por el canal que sea pero no por una llamada telefónica. Ahora que me entero que era la querida Madison la que me estaba llamando desde el mismísimo infierno y que podríamos haber sido amigas, la próxima vez que me llamen, cuando tenga teléfono nuevamente, voy a atender, no importa si es a la hora del almuerzo o a la hora en que hago dormir a Elena, o la hora libre de la escuela. Cuando llame le voy a decir que sí, que estoy interesado en el nuevo producto que me ofrezca y que me gustaría formar parte de su Breakfast Club infernal, y que no me olvidaré de llevar esos tan necesarios borceguíes para caminar por el inframundo.




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